"¿Cómo sacar partido a la creatividad de nuestros alumnos?"
Sara Mª Lladó
Coordinadora de Primaria II del Colegio Orvalle
Publicado en la revista Hacer Familia
Cuando hablamos de la necesidad de fomentar la creatividad en la escuela, la capacidad para generar ideas innovadoras en nuestros alumnos durante su proceso de aprendizaje, compartimos esta preocupación con las leyes de educación que recogen asimismo este aspecto, al hablar de los Objetivos Generales de la Educación Primaria: …” desarrollar habilidades sociales, hábitos de trabajo y estudio, el sentido artístico, la creatividad y la afectividad”.
El mayor obstáculo es que es difícil desarrollarla no solo como la creatividad implícita en la expresión de ideas a través de diferentes medios artísticos, sino en la manera de pensar, de actuar poniendo en juego todos sus recursos para llegar a una solución válida y creativa del problema, tal y como expone el Dr. Howard Gardner, autor de la teoría de las Inteligencias Múltiples en su obra: Arte, mente y cerebro. Una aproximación cognitiva a la creatividad.
No es que los niños de hoy en día no sean creativos o desarrollen poco esta magnífica habilidad, sino que escasean las situaciones estimulantes donde ponerla en práctica; tanto en el colegio, con metodologías tradicionales en las que apartarse del libro de texto puede parecer una locura, como en casa, donde la mayoría de las veces, les marcamos el camino en todo momento, por pequeña que sea la actividad o, incluso juego.
Es labor de padres y profesores poner al niño en situación adecuada para que llegue a alcanzar un pensamiento creativo, entendido como el desarrollo de nuevas ideas: se trata de la capacidad de formar nuevas combinaciones de ideas para colmar y satisfacer una necesidad o propósito. Así, el resultado del pensamiento creativo será válido, eficaz y original.
Para conseguir que los alumnos lleguen a ser creativamente inteligentes, en la actualidad coexisten estrategias metodológicas innovadoras que, aplicadas adecuadamente en el aula, y, ¿por qué no? en casa, pueden conseguir este fin; es el caso del Trabajo por Proyectos (TPP) enlazado con la teoría de las Inteligencias Múltiples de Gardner, que, actualmente colabora en el proyecto Zero, cuyas investigaciones actuales al respecto incluirían:
- Explorar cómo enseñar para la comprensión—en otras palabras, ayudar a los estudiantes a que aprendan a utilizar el conocimiento para resolver problemas inesperados, en cambio de simplemente recitar hechos pasados. [fusion_builder_container hundred_percent="yes" overflow="visible"][fusion_builder_row][fusion_builder_column type="1_1" background_position="left top" background_color="" border_size="" border_color="" border_style="solid" spacing="yes" background_image="" background_repeat="no-repeat" padding="" margin_top="0px" margin_bottom="0px" class="" id="" animation_type="" animation_speed="0.3" animation_direction="left" hide_on_mobile="no" center_content="no" min_height="none"][…] Un camino para hacerlo posible puede ser el TPP, ofreciendo situaciones de aprendizaje en forma de proyectos, en las que el alumno tenga que poner en práctica todos sus recursos, habilidades e inteligencias.
- Diseñar estrategias para crear una "cultura de pensamiento" en el aula que anime a los estudiantes a pensar crítica y creativamente; […] el ofrecer distintas vías para alcanzar un objetivo, incluyendo las creativas, no sólo las académicamente consideradas como principales, también se recoge en esta metodología nueva.
La solución creativa de problemas, o Creative Problem Solving (CPS) es un modelo creado hace más de medio siglo por Osborn y Parnes. Este modelo propone la solución de problemas mediante la búsqueda de oportunidades y es utilizado cuando se quiere llegar a soluciones creativas, novedosas y útiles, más allá del pensamiento convencional.
Combina para ello el uso del pensamiento convergente y divergente en todo el proceso de resolución de un problema.
El pensamiento convergente avanza buscando una respuesta determinada o convencional, y encuentra una única solución a los problemas que, por lo general suelen ser conocidos.
El pensamiento divergente en cambio lo hace en varias direcciones en busca de la mejor solución para resolver problemas a los que siempre enfrenta como nuevos. Y para los que no tiene patrones de resolución, pudiéndose así dar una vasta cantidad de resoluciones apropiadas. (Baer. 1993).
Los docentes comprometidos, cada vez más, nos preparamos para presentar a nuestros alumnos situaciones a modo de proyectos de comprensión en los que, fijando unos objetivos curriculares e interdisciplinares, sean los propios niños los que tengan que diseñar las actividades necesarias para llevarlo a cabo. Así, por ejemplo, podría presentarse como válida, la tarea integradora de diseñar y realizar un mercadillo medieval en el centro. En este zoco, se venderían productos y artículos elaborados por todo el centro para un fin solidario. Todas las asignaturas participarían en los diferentes stands de la época: inventos científicos, matemáticos de entonces, música y baile del medievo, útiles curiosos, juegos de ingenio, caligrafía medieval...
Para ello, las instalaciones del centro deberían recrear una perfecta y completa ambientación medieval. Asimismo, diseñar un amplio y variado programa de actividades lúdicas y culturales, como jugar la gran final de ajedrez - materia que se incluye en el currículo- en un tablero de tamaño real elaborado por ellos para la ocasión, donde los alumnos finalistas fueran las piezas del juego. Se diseñarían los diferentes tenderetes en los que adquirir regalos, artesanía, juguetes jabones y velas, juegos de ingenio y un buen número de productos de elaboración propia, realizados en clase de matemáticas, lengua, ciencias naturales, plástica y música.
Detrás de este modelo de estrategias metodológicas se esconde un gran trabajo en equipo de los alumnos: repartir labores, stands etc., de acuerdo a sus propias habilidades e inteligencias; el matemático realizaría el estudio del espacio, los planos necesarios, el lingüista se encargaría de los pregones y la publicidad, y así hasta un sinfín de actividades en los que, la creatividad envolvería cualquier contenido curricular.
De esta misma forma, pequeños proyectos de comprensión se pueden trabajar desde cada materia; ¿Por qué no pintar un cuadro a escala en clase de lengua, para luego describirlo al resto de clase con un poema o canción…? ¿O diseñar un problema matemático relacionado con la obra de “Platero y yo”? Incluso, desde la asignatura de Conocimiento del medio, preparar la próxima salida cultural del curso: destino, objetivos académicos, gestión de las entradas, presupuesto para el centro, paradas gratuitas de interés por la zona, cálculo del tiempo aproximado, menú de excursión para proponer a cocina… mail informativo a los padres…etc. Las posibilidades son infinitas.
Es entonces cuando el profesor adopta el papel de guía y mediador, frente a los alumnos que toman la iniciativa y se vuelven protagonistas de su propio proceso de aprendizaje.
En casa, también se pueden llevar a cabo pequeños retos donde nuestros hijos tengan que gestionar adecuada y creativamente todos sus recursos: niños de 9 o 10 años, son perfectamente capaces de construir un juguete a su hermano pequeño (un coche, un puzle de sus dibujos animados preferidos, un balón...) incluso de completar el proceso y diseñar un pequeño libro de instrucciones y de montaje, además de un corto que publicite su producto, con música incluida de composición propia, con ayuda del IPAD familiar…
Una receta de cocina como menú de cena saludable, nutritiva y complementaria a la comida de la familia a mediodía, utilizando exclusivamente los ingredientes que haya en la nevera ese día; una reorganización de las plantas del jardín de acuerdo a las necesidades de cada una…
Solo así, reestructurando las situaciones de aprendizaje de los niños, y aprovechando cualquier circunstancia en la escena escolar o familiar, para transformarla en un pequeño proyecto a resolver -generando ideas y poniendo en marcha su imaginación- les brindaremos la oportunidad de ser eficazmente creativos.
Como dijo Ken Robinson, experto educador británico comprometido con la creatividad e innovación educativa: Imagination is the source of all human achievement” (La imaginación es la fuente de todo logro humano).
[/fusion_builder_column][/fusion_builder_row][/fusion_builder_container]