Los beneficios de la música en el cerebro infantil
Tocar un instrumento musical fortalece las conexiones entre los dos hemisferios del cerebro en niños, pero sólo si éstos practican de manera persistente, señala la revista Sience. También durante el encuentro anual de la Cognitive Neuroscience Society de Estados Unidos, se ha publicado otro estudio que afirma que la práctica musical refuerza las conexiones neuronales, aumentando en un 25% el llamado cuerpo calloso, parte del cerebro que se encuentra entre los dos hemisferios, coordinando las funciones de ambos.
La música aumenta el cuerpo calloso en niños
Ya en 1995, el mismo autor del último estudio mencionado, el neurólogo y neurocientífico Gottfried Schlaug, descubrió que los músicos profesionales que habían empezado a tocar antes de los 7 años de edad, presentaban un cuerpo calloso más grueso de lo normal.
No faltaron escépticos, que entonces señalaron, que este tamaño inusual del cuerpo calloso podría estar en el origen de la capacidad musical, y no a la inversa, es decir, que los músicos podrían haber tenido desde el principio un cuerpo calloso más desarrollado.
El estudio de la Harvard Medical School
Ahora, Schalug, que trabaja en la Harvard Medical School de Boston, y sus colegas Marie Forgeard y Ellen Winner, del Boston College, han estudiado a un total de 31 niños utilizando imágenes de resonancia magnética. Con esta tecnología analizaron los cerebros de los niños, primero cuando éstos tenían seis años, y posteriormente cuando tenían nueve años de edad.
Aumento de un 25% del cuerpo calloso
Del grupo inicial, seis siguieron practicando con sus instrumentos durante esos años, al menos dos horas y media a la semana. El cuerpo calloso de estos estudiantes de música,creció entre los seis y nueve años, un 25% en relación con el tamaño global del cerebro.
En cambio, en el caso de los niños que también siguieron tocando, pero sólo entre una y dos horas a la semana o que, directamente abandonaron la práctica, no se detectó este crecimiento del cuerpo calloso.
Todos los participantes en el experimento tocaban el piano o el violín, instrumentos que precisan el uso de ambas manos.
Mejora de la coordinación
Por otro lado, en cada participante, los investigadores descubrieron que el incremento en el cuerpo calloso era directamente proporcional al rendimiento en una prueba no musical, en la que los niños presionaban secuencias en un teclado de ordenador.
Es decir, que la práctica musical mejora las conexiones neuronales relacionadas con la coordinación de los movimientos de las dos manos.
Schlaug y su equipo seguirán investigando a estos mismos niños para saber si la práctica musical conllevaría otros beneficios, como la mejora de la memoria o las cualidades de razonamiento.
Cerebros cambiantes: el estudio de la Universidad McMaster de Canadá
Esta investigación no es la primera que señala el efecto del aprendizaje y la práctica musical en el cerebro infantil. En otro estudio anterior realizado por psicólogos de la Universidad McMaster de Canadá, se compararon los efectos del aprendizaje de la música sobre la sensibilidad de los niños, y sobre su capacidad de memorización.
Con un seguimiento de dos años de duración, a dos grupos de niños de edades comprendidas entre los cuatro y los seis años, se pudo demostrar que los participantes de uno de estos grupos, al que se le enseñó música, había sufrido una maduración acelerada del córtex cerebral.
Otra interesante investigación realizada hace unos años, demostró que los músicos profesionales tienen el cerebro más desarrollado en las áreas de éste relacionadas con el oído, la vista y la agilidad física.