Parte I · Crónicas del Campo de Trabajo de 2º BACH en Lituania
"Día 10 de junio, 10 de la mañana. Nos encontrábamos reunidos en la iglesia del aeropuerto de Barajas celebrando Misa para emprender un viaje prometedor a Lituania. Tocaba la hora de hacer el check-in y cómo no, adivinad quién faltaba: Claudia y Lucía, que como reinas, se saltaron toda la fila hasta donde estaban las demás que llevaban por lo menos 40 minutos esperando. Antes de embarcar, Orvalle marcó su territorio. No eran pocas las miradas que se dirigían hacia nosotras pensando: ¿en qué vuelo me he metido? Había llegado la hora. Los gritos que se oían para conseguir sentarnos juntas hicieron ver al resto de los pasajeros el viajecito que les esperaba. Y para desgracia suya, nos dieron la noticia de que nos quedaríamos un ratito esperando a que saliera el avión. Pero bueno, casi nada, sólo una hora y media. Cuando por fin despegamos, las azafatas nos daban los primeros avisos que al poco rato se convirtieron en frases como: "por favor, de cuatro los asientos no se pueden". Aquello parecía más un bar que un avión. Las profesoras prefirieron hacer como que no nos conocían.
Llegamos a Vilnius y mientras esperábamos a nuestro autobús nos encontramos con Lee, una china que se dirigía a Kaunas donde íbamos a dormir y, como era tarde, tuvo que unirse a nosotras. Era como una más. Gracias al ukelele de Pilar de Moya, la hora y media de viaje se hizo más amena.
A la mañana siguiente, nos tocaba madrugar. A las 8:30h tuvimos Misa con Don Borja. Luego nos presentaron a Luca, universitaria lituana que nos va a acompañar todos estos días para traducirnos y hacernos más fácil los primeros pasos en el país.
En Aupoles, un centro de discapacitados nos esperaban con mucha ilusión. Lo dimos todo, bailes, juegos y les repartimos chocolates españoles que les habíamos llevado. Algunas salimos muy impactadas con esta experiencia. La despedida fue triste pero nos fuimos contentas al saber que ese tiempo corto que estuvimos acompañándoles sirvió para alegrarles el día.
De ahí nos fuimos a un centro comercial a comer una "buonna pizza". Ahora hemos llegado a lo que será nuestra casa por dos semanas".
Mónica Lastres y Claudia Zamarriego (11 junio 2018)