Parte XIII · Crónicas del Campo de Trabajo de 2º BACH en Lituania
El día de hoy en Šiluva empezó muy pronto. A las 7:45 era el desayuno. Según entrábamos las caras de cansancio iban cambiando a medida que la señora del alojamiento iba reponiendo los cereales, el pan, la leche... animándonos a que comiésemos más.
Tras la Misa en el santuario fuimos a la capilla construida sobre la piedra en la que se apareció la Virgen en 1608 a unos pastorcillos. Después de recoger rápidamente, nos montamos en el autobús camino de Trakai. Allí visitamos el idílico castillo que hay en una isla del lago. Algunas aprovecharon para realizar las últimas compras de souvenirs o dar un agradable paseo en barca.
Muertas de hambre fuimos a comer a un restaurante. Muchas agradecieron las dos bolas de helado que tuvimos como postre. A continuación, nos fuimos a Vilnius. La ciudad nos estaba esperando con una sorpresa: una intensa lluvia, pero eso no paró nuestras ganas de conocer la capital. El grupo se dividió según los intereses de cada una: un paseo por el parque, visita a la Arkikatedra (catedral), subida al monte de las tres cruces y contemplar desde allí vistas panorámicasde toda la ciudad. Otras intentamos entrar en el museo de la KGB, con la gran desilusión de que estaba cerrado.
La cena fue en una crepería. Con la ayuda de Teresa Beltrán y Lucía Vispo, el camarero se organizó y pudimos cenar unos deliciosos crepes de pollo con espinacas, huevo y aguacate.
A continuación tuvimos el impactante testimonio de Joana Pribusauskaité, una profesora de universidad que nació en Siberia y sufrió gran parte de la represión soviética. Con ayuda de Don Borja conseguimos entender lo que nos contaba en lituano. A muchas nos sorprendió la cantidad de dolor a la que ha estado expuesta la población lituana y ahora valoramos mucho más la libertad que tenemos.
De vuelta al bus fuimos a nuestro último alojamiento. Entre canciones y bailes el bus acabó atrapado en una calle muy estrecha que gracias a Dios estaba muy cerca de la casa donde dormimos.
Tras la distribución de habitaciones, toca el turno de duchas que se acabó rápidamente debido a la buena organización que establecimos.
Finalmente, nos fuimos a la cama para recargar las fuerzas necesarias para aprovechar al máximo nuestro último día en Lituania.
María Arregui Beltrán