Salvador Brañas, capellán de Orvalle desde 1987, ha fallecido en Madrid esta madrugada a los 77 años de edad. Dedicó su vida a la atención de cada familia del Colegio, siendo guía y maestro para las alumnas.

Biografía

Nació el 23 de julio de 1944 en Madrid, donde vivió hasta que se trasladó a Barcelona para estudiar Medicina. Pidió la admisión en el Opus Dei como numerario y el 5 de agosto de 1973 fue ordenado sacerdote. Desde 1987 ejercía como capellán del Colegio Orvalle, donde se encargó de la formación espiritual de padres, profesoras y alumnas. Con especial entrega preparó cada año a las alumnas para su Primera Confesión y Primera Comunión, a las que llamaba con el apelativo cariñoso de pocholas. Hablaba a las alumnas del confesionario como un salón de belleza donde entrabas despeinada y arrugada, y salías preciosa. En 2019 comenzó a padecer limitaciones y enfermedades que llevaría con discreción y alegría. Buscando pasar desapercibido, continuó desempeñando sus tareas como capellán, con entrega y magnanimidad hasta el pasado mes de junio.

Afable, sobrenatural y discreto

Destaca su carácter afable y cercano, su visión sobrenatural y su discreción para pasar oculto. En su predicación enseñaba constantemente nuevas jaculatorias, como esta que había aprendido de labios de su madre: Jesusito que estás en el copón, da un saltito y ven a mi corazón. Hablaba de las oraciones - bombón, haciendo referencia a la importancia de saborear cada oración y no tomarlas de un solo bocado. Vivía lo que predicaba, ‘’sus enseñanzas tienen la fuerza de un Pastor de almas que sobre todo enseña con la vida, con el ejemplo’’, le recuerdan. 

Era un gran amante de la libertad como cuenta una profesora: ‘’En sus consejos a las profesoras siempre nos decía: educar en libertad supone confiar en las personas’’. Buscaba formar almas de oración, fuertes, valientes y evangelizadoras, siempre con humildad, virtud que describía como ‘’la que nos enseña a llevarnos bien con la realidad’’. Gran devoto de la Eucaristía, predicaba que ‘’la Eucaristía no es un lujo sino una necesidad’’. El pilar de su vida fue el Amor. Amaba lo cotidiano y compartía sus hallazgos personales en sus predicaciones: ‘’Cuánto tiempo tratando de entender, cuando de lo que se trata es de Amar’’. 

Contaba con un gran don de gentes. Eran muchas las personas que se acercaban a Orvalle para poder confesarse con él y las alumnas de 3º de Primaria hacían cola para poder hablar con él o confesarse. A las alumni les guardaba también especial cariño, como recuerda una de ellas: ‘’¡Cuantas anécdotas de las alumnas del Colegio Orvalle hemos vivido con él! Porque se dedicó a cuidarnos a todas, y sobre todo a recordarnos lo más importante: que Jesús te haga muy santa. Gracias Don Salvador por enseñarnos a querer a Jesús desde muy pequeñitas, y a que nunca estemos lejos de Él’’.