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Manolo, el guardés que ayudaba sin horario
El pasado sábado 22 de abril falleció Manolo, nuestro guarda desde que se inauguró el Colegio hasta que se jubiló en 2005. Manolo empezó su historia en Orvalle en 1978, ayudando en los primeros pasos del colegio. El 1 de septiembre de 1979, cuando la sede de Orvalle se trasladó de Torrelodones a Las Rozas, se mudó con su familia a la casa que hay en la entrada. Vivieron ahí hasta 2005, cuando Manolo se jubiló.
Las profesoras que coincidieron con él lo recuerdan como una persona muy trabajadora y siempre alegre, como su mujer Paquita. Siempre disponible para el que lo necesitase: “Era una persona que ayudaba sin horarios”.
Nada de lo que ocurría en Orvalle le resultaba indiferente
Compartimos un cariñoso recuerdo que nos ha enviado Juli Mayor, subdirectora de formación de Orvalle durante muchos años:
“El pasado 22 de abril, sábado, la Santísima Virgen se llevó a Manolo. Seguro que le ha premiado los cuidados que tuvo con el Colegio y, en especial, con su imagen en la advocación de "Causa de nuestra alegría" que preside el jardín. Siguió muy de cerca su instalación junto al escultor y la adoptó de por vida para que resplandeciera y atrajera todas las miradas de quienes buscábamos su amparo.
Manolo y Paquita llegaron a vivir a Orvalle en el año 1979, cuando el Colegio ocupó su sede definitiva. Tomaron posesión de la vivienda, que situada a la entrada, estaba preparada para ellos y la abandonaron cuando se jubiló. Desde su llegada, absolutamente nada de cuanto ocurría allí le resultaba indiferente. Ponía el mismo empeño en arreglar un desperfecto que en llevar de la manita a dirección a Macarena que se había jugado la vida saltando un banco y no debía volver a hacerlo.
He sido testigo de cómo llegaban a dirección comitivas de alumnas que después de una regañina de Manolo se dirigía a Isabel o Trini diciéndoles: "¿Quién manda más? ¿Manolo o tú?”
En los principios, soy testigo de cómo su horario se adaptaba a las necesidades que la marcha del Colegio requería: "Manolo, ¿el domingo por la tarde estará ahí? He concertado una entrevista con unos padres interesados en conocer el colegio y les viene genial pasar a su regreso de la sierra". Allí estaba él.
Su vida giró alrededor de su familia, del Atlético de Madrid, de los toros y de Orvalle, que siempre lo llevó en el corazón.
El 14 de septiembre, día de su cumpleaños, era una buena ocasión para ponernos al día. El año pasado ya no pude hablar con él. La enfermedad borró de su mente los recuerdos compartidos durante años con tanto cariño, pero respetó su sonrisa hasta los últimos días de su vida.
D. Salvador Brañas (q.e.p.d) con el que compartió tantos años de amistad, decía que sólo mueren los que se olvidan...siempre en nuestro corazón. ¡¡Gracias Manolo!!”
Muchas gracias Manolo por tu dedicación y entrega cariñosa en Orvalle.