Ana Reinoso y Beatriz Muros ganan el 2º premio del Concurso de la Sociedad de Científicos Católicos de España

A finales del mes de junio, Enrique Solano, presidente de la Sociedad de Científicos Católicos de España, se ponía en contacto con la profesora Silvia Ortiz-Echagüe para comunicarle que entre todos los participantes de toda España, dos de sus alumnas que acababan de terminar 1º de Bachillerato, Ana Reinoso y Beatriz Muros, habían sido seleccionadas para que su trabajo  “¿Son Ciencia y Fe realmente incompatibles?’’, fuera expuesto en el III congreso de la Sociedad de Científicos Católicos de España que se celebraría en Ávila del 19 al 21 de septiembre.

Además, una vez en el Congreso en el que participaron la semana pasada, a Ana y Beatriz se les comunicó que habían obtenido el segundo premio, por lo que optaban a exponer su trabajo delante de los más de 150 científicos participantes.

A continuación, las alumnas que acaban de empezar 2º de Bachillerato comparten su experiencia.

La ciencia y la fe no son incompatibles

«No hay oposición entre la fe católica y la evidencia de las ciencias empíricas. La fe es una apertura a la realidad, es un elemento sustentador y central para lo que es propiamente humano». Con estas palabras del papa Benedicto XVI daba comienzo Mª del Rosario Sáez, rectora de la Universidad Católica de Ávila (UCAV), el III Congreso de la Sociedad de Científicos Católicos. 

Tuvimos la suerte de asistir gracias a la oportunidad que nos dio Orvalle de presentarnos al concurso que proponían, al que se presentaron más de 140 participantes de otros 38 colegios de España, y en el que logramos clasificarnos como finalistas.

Esas palabras del papa con las que comenzaba la rectora, representaban muy bien el mensaje que se quería transmitir en el congreso: que ciencia y fe van de la mano. Y ciertamente lograron este objetivo. 

Más de veinte ponentes, de distintas partes del mundo, acudieron para ofrecer charlas de distintos temas: bioética, cambio climático, astrofísica… todas las ramas de la ciencia unidas de una manera u otra a la fe católica, para mostrar su complementariedad o informar sobre lo que la fe tiene que decir sobre ello. 

El ejemplo de los científicos católicos

Nos ha impresionado el ejemplo de estos científicos, que nos han mostrado cómo se puede compaginar una vida de ciencia con la evangelización. Y es que es impresionante ver que todos esos grandes científicos y catedráticos de renombre, que acumulan premios, grados y méritos, que son increíblemente inteligentes y nos dan mil vueltas... ¡también van a Misa los domingos y se arrodillan ante el Sagrario! Nos ha parecido admirable, y realmente da mucho que pensar.

Pero el congreso no solo ha sido enriquecedor por las distintas ponencias, sino por toda la experiencia: una convivencia con científicos de todo el mundo, un encuentro con personas de toda España, una oportunidad de aprender sobre temas diversos, y todo en la preciosa provincia de Ávila.

Segundo premio entre más de 100 participantes de toda España

Cuando nos anunciaron que habíamos ganado el segundo premio, nos hizo muchísima ilusión. Sobre todo porque esto significaba que al día siguiente ante los más de 150 científicos del congreso. Y probablemente fue lo más emocionante de toda la vivencia; nunca habíamos tenido una oportunidad parecida.

Una experiencia muy enriquecedora que repetir

Este fin de semana ha sido, en conclusión, una experiencia totalmente única, por la que estamos inmensamente agradecidas y que esperamos poder repetir algún día. Queremos dar las gracias especialmente a Silvia Ortiz-Echagüe, nuestra profesora de religión, que nos ayudó mucho en la elaboración del trabajo y que nos ha acompañado este fin de semana, haciendo la experiencia mucho más entretenida y fructífera.