Resolución de conflictos para niños
Como padres, madres o educadores debemos evitar resolver el problema a nuestros hijos e hijas, aunque nos lo pidan. Si les resolvemos todos sus problemas les estamos transmitiendo el mensaje de que no tenemos la suficiente confianza en ellos para que lo resuelvan por sí mismos. Los niños y niñas tienen que sentir nuestro apoyo, tenemos que ser su guía, pero dejarles solucionar sus conflictos solos.
Resolución de conflictos para niños: la técnica de la mano o los cinco pasos
En el Colegio Orvalle utilizamos la técnica de la mano que se compone de los siguientes cinco pasos para la resolución de conflictos para niños.
- Cálmate. Respira.
- Piensa: ¿Qué ha ocurrido? ¿Cómo te sientes? ¿Cómo puedes solucionarlo?
- Habla: describe lo que ha sucedido (ha sucedido esto). Di cómo te sientes (yo me siento). Pide lo que necesites: (por favor te pido…)
- Escucha: al otro y demuestra comprensión. Ponte en su lugar. ¿Qué siente? ¿Qué necesita?
- Busca soluciones buenas para ambas partes: aquí probamos diferentes soluciones propuestas hasta encontrar una que funcione.
Felicitar al niño o la niña por haber solucionado él solo el problema. El reconocimiento a su autonomía ayuda a reforzar sentimientos positivos en el niño y le hace más propenso a enfrentarse solo a problemas futuros.
Resolución de conflictos para niños: cuatro habilidades sociales que les ayudarán
Es importante desarrollar habilidades sociales que les ayuden a evitar la ansiedad en situaciones difíciles o novedosas, facilitando la resolución de problemas y la relación con los demás (saber escuchar y hacer preguntas, pedir ayuda, admitir errores...)
Autonomía personal para aumentar la autoestima
La autonomía personal es muy importante a la hora de aumentar la autoestima. Trabajar esa valoración positiva o negativa que hacemos de nosotros mismos basándonos en experiencias, sentimientos y pensamientos anteriores, resulta fundamental.
Por ello es importante dejar que hagan sus cosas ellos solos: comer, vestirse, hacer la cama o resolver problemas. Si les hacemos todo pensando que estamos ayudando porque son pequeños, les estamos transmitiendo el mensaje de que no les vemos capaces de hacerlo ellos solos y esto minará su autoestima. Si los niños desarrollan una autoestima sana, tendrán las herramientas necesarias para superar los problemas y situaciones propios de su edad ellos solos y llegarán a ser también adultos sanos.
Aquí nos puede ayudar, cuando vengan con un problema, en vez de darles la solución, hacerles preguntas tipo, ¿tú cómo lo solucionarías? Papá y mamá o sus profesores, acompañamos a los niños durante el proceso de resolución del problema, pero no lo solucionamos por ellos. Esto les dará confianza en sí mismos, aumentará su autoestima y hará que poco a poco vayan aprendiendo a tomar decisiones ellos solos.
Empatía para ponerse en el lugar del otro
Una vez que los niños han aprendido a expresar sus sentimientos y estar bien consigo mismos, tienen que conseguir ponerse en el lugar del otro. ¿Cómo se siente? ¿Qué piensa? ¿Qué necesita? Aquí los padres, madres y educadores tenemos un papel muy importante, ya que los niños se van a fijar en cómo actuamos nosotros para modelar después su comportamiento. Si nosotros nos mostramos empáticos con los demás, ellos también lo serán.
Asertividad para saber comunicar
Es muy importante poner límites claros a los niños y saber decir que no. Esto les da seguridad, y les ayuda también a saber decir que no cuando se enfrenten a un problema que lo requiera para no dejarse llevar por los demás.
Ser asertivo significa comunicarse con los demás de forma positiva, saber expresar lo que necesita y defenderse sin hacer daño a los demás sin tener miedo a decir lo que se piensa. Un niño o una niña asertiva podrá identificar cómo se ha sentido en el momento en que ha surgido el problema, cómo ha reaccionado ante él, reconocer la forma más acertada de resolverlo y poco a poco aprenderá a resolver problemas con respeto hacia sí mismos y hacia los demás.
Escucha activa para comprender a los demás
Es importante que los niños aprendan a escuchar a los demás con atención, sin interrumpir. Para esto es importante que los padres, madres o educadores también escuchen atentamente a los niños cuando nos están contando algo.
Si el niño o la niña nos está hablando y nosotros estamos con el móvil, el mensaje que transmitimos es que lo que ellos tienen que decir no es importante y es la conducta que modelará cuando tengan que solucionar un problema: lo que tiene que decir el otro no es importante, sólo lo que quiero decir yo. Esto se puede trabajar enseñando a cumplir las reglas de un juego, respetando el turno de palabra, mirar a los ojos de la persona que está hablando, sonreír…
Dos consejos para mejorar la comunicación con nuestros hijos e hijas
1)Ponerse a su altura
Es importante cuando se habla a un niño, ponerse a su altura. No le digas desde la cocina que recoja sus juguetes, porque no te va a escuchar y va a crearse un conflicto. Ve a donde está el niño, agáchate a su nivel y , mirándole a los ojos, dile lo que quieres que haga. El resultado será mucho más efectivo
2)Buscar momentos de conversación en el día a día
Es importante cuidar la comunicación en casa con nuestros hijos e hijas. Si se puede, cenar todos juntos, preguntarle qué ha sido lo mejor y lo peor de su día, escucharle y hablar de cómo ha reaccionado ante lo mejor, cómo ha solucionado lo peor…
Artículo escrito por Silvia Diez de Rivera, profesora de Infantil en el Colegio Orvalle.