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La convivencia escolar, una oportunidad para hacer más amigas
Las alumnas de 6º de Primaria estuvieron la semana pasada en Toledo, en su convivencia escolar. Elena Guillén, alumna de 6ºB, comparte cómo ha vivido esta experiencia.
Una convivencia escolar es una gran oportunidad para forjar nuevas amistades y fortalecer las ya existentes, esta no ha sido menos.
Comienza la experiencia
El miércoles 3 de abril llegamos al colegio con una maleta llena de alegría. Sin embargo, no se puede comparar la felicidad que llevábamos, con la que nos volvimos de la convivencia escolar.
Primero, asistimos a Misa, y luego, Don Carlos Medarde, nos dio una charla sobre la amistad y una guía espiritual para aprovechar la convivencia.
Partimos a las 12 a.m y después de un viaje cantando y hablando en el autobús, llegamos a Layos. El lugar era espacioso y bonito. Repartimos las habitaciones: éramos 4 de una clase y 4 de otra, lo que nos ayudó a abrirnos a más niñas. Dejamos las maletas y nos fuimos de excursión al embalse de Layos, donde disfrutamos de un picnic.
A la vuelta descansamos un rato en las habitaciones y ya, en plena forma, fuimos a visitar las cuadras y las ovejas. Allí aprendimos cosas muy interesantes sobre los caballos, el respeto a los animales y a la naturaleza.
Después de la merienda hicimos una gymkana muy divertida, en la que nos mezclaron con otras niñas, por lo que hicimos nuevas amigas. También nos ayudó a memorizar el sitio.
Por último, hicimos una pijamada mientras veíamos “Wonder”, una película que nos hizo comprender que no hay que dejarse llevar por las apariencias.
Voluntariado, deporte y diversión
El segundo día de nuestra convivencia escolar, tuvimos la oportunidad de ir a Misa en el pueblo. Nos sorprendió que en un sitio tan pequeño como Layos, la iglesia estuviera tan bien cuidada. Eso nos enseñó que estés donde estés, Dios es lo más importante.
Después nos preparamos para la actuación frente a los abuelitos y fuimos a la residencia del pueblo. Allí nos impactó la soledad de los ancianos. Se alegraron de que fuésemos a visitarlos y entretenerlos y ¡que agradecidos que son!, todos deberíamos aprender de ellos. Al regresar de la residencia comimos y descansamos un ratito.
Después hicimos unas mini olimpiadas de fútbol, béisbol y voleibol, con los equipos de las habitaciones. Fue muy emocionante y lo dimos todo para conseguir la victoria.
Luego jugamos a 3 juegos: carrera de esquís, carrera de esponjas y carrera de sacos, en los que nos divertimos al máximo.
Para finalizar el día, hicimos un Talent Show emocionante, en el que disfrutamos de actuaciones divertidas e ingeniosas. Hubo baile, teatro e incluso imitaciones. Todos los grupos lo hicieron de maravilla por lo que es difícil saber quién ganará.
¡Adiós, Layos!
El último día guardamos todo en la maleta, nos despedimos de Layos y nos fuimos al Puy Du Fou.
Al llegar vimos “A Pluma y Espada”, un espectáculo que narra la historia del escritor Lope De Vega. Luego “El Misterio de Sorbaces” que cuenta la historia de un milagro y muestra acrobacias de caballos. Continuamos con la “Cetrería de Reyes” un espectáculo en el que distintas aves volaban sobre nuestras cabezas o incluso se posaban en ellas.
Para descansar, nos sentamos a comer un rato mientras comentábamos lo impresionantes que eran las actuaciones.
Después, entramos en una atracción que simulaba el barco de Colón y, por último, disfrutamos de “El Último Cantar” que explicaba la historia de El Cid, el cual es impresionante porque gira el patio de butacas.
Nos lo pasamos muy bien en el Puy Du Fou y también aprendimos mucho sobre la historia de España, aunque eso sí, con un calor sofocante.
Tristemente llegaron las 17:30 y nos tuvimos que marchar. Para rematar, al final del viaje de vuelta, dos coches no permitían que el autobús llegase al colegio por lo que tuvimos que hacer lo que quedaba hasta Orvalle, 1km, andando con la maleta.
Por fin, llegamos al colegio donde nos esperaban nuestros padres ansiosos y sonrientes, y ahí se acabó nuestra aventura. La verdad es que hemos vuelto con la maleta llena de valores, lecciones y momentos nuevos y bonitos.
Queremos agradecer a las profesoras, monitores de Layos Camp y a todas las personas que han hecho esta convivencia posible, sin ellos no habríamos vivido esta experiencia tan maravillosa.