El pasado sábado 18 de septiembre más de 800 personas se dieron cita en Orvalle para despedir a don Salvador Brañas, Capellán del Colegio desde 1987, en una ceremonia mimada al detalle.

Crónica del funeral

Familias, Profesoras, Personal no docente, Alumnas y Alumni. Nadie quiso perderse la despedida de un hombre de Dios que sabía querer a cada persona, una a una:

''Al hacer referencia a esta realidad, don Salvador siempre se ponía en la piel del otro. Solía decir: “no me trates como a ti te gustaría que te trataran; sino trátame como yo quiero ser querido”. Lo primero es ya un paso, pero solo lo segundo genera auténtica comunión. Y lo segundo exige una mirada atenta, un corazón capaz de acoger a personas muy distintas a uno mismo, una disposición de cercanía y de auténtica com-pasión, esto es, de vivir las alegrías y las penas del otro como si fueran propias''

Don Javier Bordonaba, capellán de Orvalle.

Con motivo de su marcha al Cielo fueron cientos de mensajes los que Orvalle recibió, ya que cada uno desde su ámbito quiso contribuir a que todo saliera bien. Las Alumni, que con tanto cariño le recuerdan, quisieron unirse para comprar las flores que decoraban el improvisado altar de la Misa funeral. El Colegio Retamar también hizo posible que pudiéramos albergar a tantas familias, gracias a las sillas que nos prestaron. Alrededor de 20 sacerdotes concelebraron la Eucaristía, a la que no faltaron ni la primera directora del Colegio, ni su primer capellán. Y las alumnas también hicieron de voluntarias, para facilitar el desarrollo del acto.

Semblanza de un hombre de Dios

Don Javier Bordonaba, actual capellán del Colegio y para quién don Salvador era un padre, ha recogido el testigo de todo lo que ha aprendido junto a don Salva, como le gusta llamarle. En estas últimas semanas ha compartido estas enseñanzas con las alumnas más mayores del Colegio en diferentes sesiones. En el siguiente documento puedes encontrar un resumen que esboza un perfil imitable de don Salvador, un hombre de Dios.

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