''Diario de confinamiento'', así vivimos un momento histórico

Fecha: 25/06/2020

Así surgió el ''Diario de confinamiento''

Todo empezó hace un par de meses con una de las llamadas habituales que las preceptoras han estado haciendo a las familias, para tratar de ser apoyo durante los duros meses del confinamiento, ante la imposibilidad de verse presencialmente. A un lado del teléfono María Azpiroz, profesora de Infantil, al otro, María Molero, madre de dos niñas en el Colegio.

La conversación transcurría con normalidad, comentando cómo estaban llevando en casa el confinamiento. Hablando, cayeron en la cuenta de lo histórico del momento que estaban compartiendo.

''Esto se estudiará en los libros de Historia cuando pase el tiempo'', afirmó María Molero.

Durante toda la pandemia, cada día los alumnos de Infantil han tenido una Asamblea de 15 minutos de duración, donde compartían con sus profesoras lo que estaban viviendo. Así lograban acompañarles, y mantener un trato cercano. En una de ellas, la profesora María Azpiroz les propuso realizar un diario, donde cada día escribieran en un par de líneas lo que habían vivido ese día.

María Molero recogió el guante rápidamente, y viendo qué podrían hacer para conseguir que cuando pasara el tiempo sus hijos se acordasen de cómo lo habían vivido, a pesar de ser tan pequeños, se encendió la bombilla. Haremos un diario entre toda la clase para que cuando sean más mayores sean conscientes de todo lo que han vivido.

Y María Molero comenzó a preparar el ''Diario de confinamiento'', que empieza así:

 

Día a día ha ido recogiendo los acontecimientos más señalados que ocurrían en el mundo, al tiempo que les preguntaba a cada uno de los niños de la clase por lo mejor y peor de ese día. María Azpiroz y Cova Sainz, ambas profesoras encargadas de curso en 3º de Infantil, donde cursan las hijas de María Molero, han sido las más sorprendidas de recibir esta preciosa iniciativa. También los padres están inmensamente agradecidos de este cariñoso detalle que recordarán siempre.

María Molero comenta la promoción tan especial en la que se encuentran sus hijas, ya que ''llegaron al Colegio cuando se celebraba el 40 aniversario, y justo este año que les tocaría graduarse y cambiar de ciclo, ha tenido lugar esta pandemia''.

''Y parece que fue ayer cuando llegamos al cole, y ya han pasado tres años, nos hemos hecho mayores.

Somos esa promoción que comenzó en el 40 aniversario de Orvalle y que este año termina su etapa de infantil.

Este año ha sido diferente, nunca había ocurrido nada igual, nadie lo había vivido antes y era difícil saber para donde tirar, pero ahí ha estado Cova, que sin conocer el final, nos ha indicado el camino sabiendo que es seguro porque María lo preparó, y con gran confianza en Dios'', lunes 8 de junio del Diario de Confinamiento.

 

El día a día del confinamiento

El diario comienza situando al lector ante los sorprendentes hechos que iban aconteciendo:

''Hay virus de los que tenemos que protegernos, algunos son más fuertes que otros. Hace poco ha llegado a nuestra ciudad, a nuestro país, un virus nuevo, que ha viajado de lejos, de China parece.

Es muy desconocido, y hay que protegerse de él, no tocándome los ojos, nariz, ni boca, tapándonos con el codo al toser, no dando abrazos y sobre todo lavándonos muy bien las manos''.

Tras el primer impacto inicial, comienza la organización en las familias:

''Nos hacemos horarios intentando cuadrar las clases de todos y nos acordamos del personal de secretaria de Orvalle, que hace malabares por cuadrar horarios'', se lee el 12 de marzo.

Las primeras semanas transcurren con ilusión. A Jacobo se le cayó un diente, María Echanove disfruta como nadie de las cenas temáticas que cada viernes realizan en su casa, Loreto disfruta de poder pasar más tiempo con su familia, los aplausos de las 20h en honor a los sanitarios comienzan a ser una costumbre o el nacimiento de la hermana de Paloma. Todos los acontecimientos hacen que la clase se una más aún en esta situación tan excepcional.

El confinamiento se alarga tras los primeros 15 días iniciales, pero la ilusión por aprovechar este tiempo al máximo no decae:

Los cumpleaños, las oraciones de unos por otros y el agradecimiento por la labor de los sanitarios y todos los profesionales que han seguido al pie del cañón durante el confinamiento, ocupan las siguientes páginas del Diario.

''Diario de confinamiento'', así vivimos un momento histórico

 

Pero el fin de curso se acerca, y toca despedirse. El diario de Cova termina con la coronación a la Virgen del jardín, y el de María Azpiroz con esta entrañable despedida.

Querida María Azpiroz

María, tú hiciste que en nuestro primer año de vida escolar, separarnos de mamá tuviera sentido.

Nos hiciste reír en infinitas ocasiones y tus palabras aparecían de la nada, como consuelo cuando estábamos tristes. Tú has sido nuestro mejor “bote de la calma”.

Tú has descubierto de todo lo que somos capaces: no solo leer y escribir, sumar o restar. Contigo hemos aprendido cosas extraordinarias.

Tú has apostado por cada uno de nosotros y has hecho posible sacar lo mejor de cada uno, respetando nuestros silencios y controlando nuestras emociones.

Este año nos vamos a separar: las niñas nos quedamos en Orvalle y los chicos se marchan a Retamar. Pero quizás por la situación que estamos viviendo, nunca olvidaremos esta promoción: siempre seremos “los de María Azpiroz”, siempre seguiremos unidos y tú serás el centro.

Nunca nos has soltado la mano, esa que nos sujetabas en 1º al enseñarnos a coger el lápiz, y ahora manejamos solos gracias a ti. Echamos de menos tus manos y tus abrazos, abrazos de perdón, de cariño, de “aquí estoy, no te preocupes”… Cuando pase todo esto, dará igual cuándo y dónde estemos cada uno: todos volveremos y te daremos ese abrazo que valdrá por todos estos días sin verte.

Nos has indicado el camino para ser felices, caminando a nuestro lado, pero sin recorrer el camino por nosotros, quedándote junto a nosotros, ayudándonos a levantarnos.

Gracias no es suficiente para expresar lo que sentimos. Es una mezcla de tristeza, felicidad, cariño… y, a través de una pantalla, todo se multiplica por infinito: la tristeza es grande, pero el cariño, el cariño no se puede contar: es mucho mayor, es infinito.

 

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