¿Es posible que mi hijo crezca feliz?, con Enrique de Alba.
Enrique De Alba, asesor familiar con más de 45 años de experiencia, abordó el tema de si es posible que mi hijo o hija crezca feliz, en una conferencia impartida en el Colegio Orvalle para padres de Infantil y primeros cursos de Primaria.
Qué características tiene una persona feliz
- Tiene unos valores morales, éticos y sociales, que le permiten vivir conforme a su conciencia. Dios está en el centro de su vida.
- Tiene fortaleza y voluntad para hacer lo que debe, no simplemente lo que quiera.
- Sabe quererse a sí mismo, a su identidad, consciente de sus puntos fuertes y sus áreas de mejora.
- Sabe amar a los demás por sí mismos y será capaz de formar una familia donde sea feliz y dé felicidad.
- Es buen profesional, desarrollando su trabajo al máximo rendimiento de sus capacidades por su propio bien, el de su familia y de la sociedad.
En resumen, una persona feliz es aquella persona que es auténticamente libre, vive en esa libertad y respeta la de los demás.
Cómo preparar a nuestros hijos parar la sociedad
- Tenemos, y ellos sin duda la tendrán, una sociedad complicada con muchos contravalores, que pone en duda de forma proactiva todo lo que creemos y mucho de lo que vivimos.
- Toda la educación afectivo-sexual, y la gestión de las emociones y sentimientos cada vez se les hace más complejo. Por eso Orvalle trabaja la educación emocional desde Infantil, y en Primaria tiene un completo programa de educación afectivo-sexual.
- No debemos tener miedo, sino ser conscientes de la realidad actual y prepararles para que esta corriente relativista y hedonista no les arrastre, y distingan el bien y el mal objetivo, sabiendo elegir lo correcto en cada circunstancia.
- Para nosotros, la sociedad actual es una oportunidad gracias a programas como Aprender a ser persona o a la figura de la preceptora, el gran aliado en la tarea de educar.
Resulta fundamental que un matrimonio esté unido y feliz para que sus hijos sean felices y puedan ser educados en libertad.
Enrique de Alba.
Cómo lograr un matrimonio unido
Un matrimonio unido hace referencia a que vuestros hijos serán como vosotros seáis.
Crisis matrimonial
- No hay nunca una crisis matrimonial si se hablan las cosas.
- Decir “De aquí no nos levantamos hasta que se aclaren las cosas”.
- Si uno de los dos no quiere solucionarlo, no se va a solucionar. Si los dos quieren, se va a solucionar.
- De estas crisis, los matrimonios siempre salen más reforzados porque salen juntos.
Cuando el matrimonio está unido los hijos son equilibrados, coherentes y fuertes en sus criterios.
Enrique de Alba.
Escuchar y no callarse nada
- Como afirma la alumni Marián Rojas, ''El 90% de las cosas que nos preocupan, jamás suceden''.
- Antes de sacar conclusiones, habla, escucha, aclara las cosas y, de ser necesario, acuerda un término medio que a los dos os sea suficiente.
- Racionaliza y fíate. El tiempo te dirá que acertaste al hacerlo.
- Cada día tiene que ser gratificante.
- Saber lo que le gusta al otro es muy importante para marcar estos detalles. Por ejemplo; Si a una mujer le gusta que su marido le mande un mensaje por Whatsapp que ponga “te quiero”, tendrá que hacerlo para que sea un poco más feliz. Hay otras que todo lo contrario, que no les guste nada.
¿Quiero un matrimonio feliz? Pues cada día trata de ser gratificante para el otro de manera proactiva.
Enrique de Alba.
Cómo educar un hijo o hija feliz
Debido a la pandemia, actualmente hay muchos problemas de estabilidad en las familias tanto emocional como mental.
Educar en libertad y la libertad
- Tenemos que decir no al falso proteccionismo que convierte a nuestros hijos en grandes dependientes de nosotros y les impide conocer sus fortalezas y debilidade, restándoles libertad.
- La edad actual de vuestros hijos (Infantil y primeros cursos de Primaria) es en la que van conformando las bases de lo que serán: van definiendo su sexualidad (no genitalidad) y se reconocerán como mujer y como hombre; sentirán el orgullo de su identidad, se querrán a sí mismos como son en todos los sentidos.
- El sí existe.
- El no existe.
- Esperar, fortalece y nos hace dueños de nuestros actos y decisiones.
- Si un hijo puede hacer una cosa, no se la hagas. Que lo haga él solo. Hay que enseñarles que se pueden equivocar, y que gracias a eso aprenderán.
- Si no es algo ”de sangre”, permite que se equivoque. Los errores bien gestionados, enseñan mucho.
- Si me ayudas tanto para que triunfe, ¿cómo sé cuál es mi capacidad y qué me has añadido tú?
- Si me exiges por encima de mis capacidades, sólo me crearás frustración. ¿Sabes en lo que destaca cada uno de tus hijos? Pues potencialo.
- Si me justificas ante los demás cuando fallo, ¿cómo aprenderé que los actos tienen consecuencias?
- Es muy importante buscar y conocer las fortalezas de cada hijo. También tienen debilidades, pero siempre habrá más fortalezas. Cuando tu hijo consiga hacer una cosa por sí solo y que se le de bien, esto hará crecer su autoestima fomentando su autonomía.
- Hay que gestionar las emociones de nuestros hijos. Todo tiene importancia. Cuando sean pequeños, una caída será lo peor del mundo para ellos, y hay que saber estar ahí. A medida que van creciendo, serán cosas diferentes pero es importante destacar que aunque para los padres sea algo pequeño, para ellos es un mundo y saber que los padres les entienden es algo muy positivo.
- Todas las emociones tienen nombre, hay que ponerles nombre. Lo difícil es identificar cuáles son. Si le pasa algo a nuestro hijo, preguntarle: qué necesitas, qué te falta, y así poder adquirirlo.
Cada familia tiene su propio estilo
- Cada una es así y a su estilo. En cada familia se dirán unas cosas diferentes a la nuestra: ''mamá, todos van a ese plan. Pues tú no”, por ejemplo). Con nuestra vida familiar, sabrán lo que se puede hacer y lo que no.
- Nosotros configuramos un estilo de familia propio.
- Estas son nuestras normas de familia que nos permiten convivir en paz, avanzando hacia el triunfo, que es ser felices con lo que somos, tenemos y podemos lograr.
- Hay líneas rojas que los padres y madres marcamos, y que consiguen que sean la referencia de lo que no es una opción para nosotros.
Los padres acompañamos a nuestros hijos, no vivimos su vida; y nosotros somos como queremos que ellos sean.
Enrique de Alba
Conclusión: ¿Es fácil educar hijos e hijas felices?
Es lo más fácil del mundo siempre que:
- Nosotros estemos profundamente unidos. No podemos olvidar que somos la referencia de vida de los hijos.
- Nosotros nos amemos y amemos a los demás como queremos enseñar qué es el amor.
- Vivamos en concordancia con lo que queremos educar.
- Empapemos de cariño, alegría, ilusión, esperanza, confianza… a todos los que formamos nuestra familia.
- Sepamos bien qué puede y debe hacer cada cual; no lo exijamos y se lo exijamos a nuestros hijos.
- Sepamos y enseñemos a gestionar bien sentimientos, emociones y afectos.
- Pongamos a Dios en el centro de nuestra familia, de cada uno.
Bibliografía recomendada
- Cómo hacer que me pasen cosas buenas. Marian Rojas. Ed. Planeta. (Espasa)
- Encuentra tu persona vitamina. Marian Rojas. Ed. Planeta. (Espasa)
- Heridas en el corazón. Javier Schlatter. Ed. Rialp
- Erótica y materna. Mariolina Ceriotti. Ed. Rialp
- Diez claves de la educación. José Ramón Ayllón. Ed. Palabra
- Padres fuertes, hijas felices. Meg Meeker. Ed. Ciudadela.
Artículo escrito por Marta Saez, departamento de admisiones del Colegio Orvalle.