Las alumnas que cursan el Excellence en Orvalle, programa que busca fomentar la reflexión entre los jóvenes y contribuir a la mejora de su formación cultural y su impacto en la sociedad, participaron la semana pasada en el acto de apertura que tuvo lugar en Pamplona.

Junto a más de 400 jóvenes de toda España, reflexionaron en la Universidad de Navarra sobre sostenibilidad y bienestar emocional. Natalia Bárcena, alumna de 4º de la ESO que está en su primer año de programa, relata cómo ha sido esta experiencia.

Emocionadas y con una ilusión tremenda

El jueves pasado, el despertador de algunas alumnas de 4ºESO sonó a las 5:15 am. El tren que nos llevaría a Pamplona salía a las 7:35 de Atocha, y no podíamos perderlo. Las alumnas que nos habíamos apuntado al Programa Excellence de la Universidad de Navarra, habíamos dejado el sueño atrás y estábamos emocionadas y con una ilusión tremenda por ver qué nos depararían los siguientes dos días. 

Siempre había oído hablar de la Universidad de Navarra, pero nunca había tenido la oportunidad de visitarla. Me bastó con poner un pie en el Campus para darme cuenta de que podría ser un sitio donde estudiar mi carrera. 

Un salón lleno de gente joven con el mismo propósito que tú

En el Salón de Actos de la Biblioteca de Ciencias, donde teníamos la inauguración y la primera ponencia, no cabía ni un alfiler. Fue muy impresionante ver un salón enorme lleno de gente joven con el mismo propósito que tú: vivir una experiencia académica única, aprender y compartir. Porque al final, de eso se trataban esos dos días, de aprender de grandes profesionales de la Universidad de Navarra, entender de primera mano en qué va a consistir nuestro trabajo durante estos dos años de Programa y de compartir con compañeros distintas impresiones y vivencias. He de decir que también fue entrañable coincidir con nuestras compañeras de 1º Bachillerato, que nos acogieron y guiaron como si fueran nuestras hermanas mayores.

Ocho ponencias en dos días de un nivel impresionante

Las ponencias de los profesores de la Universidad fueron de un nivel impresionante. Todas ellas estaban enfocadas al tema de las jornadas “Sostenibilidad y bienestar emocional”, que se compaginó a la perfección con el reto académico de este primer año que es el de hacer una buena disertación. 

Mis compañeras y yo estamos infinitamente agradecidas a la Profesora Sarah Ceniceros, pues tras su ponencia tenemos claro en qué consiste una disertación, palabra que para muchas era un tanto desconocida, y estamos listas para trabajar en el reto de este año. 

En total, asistimos a 8 ponencias en dos días donde se tocaron temas muy variados pero hilados muy bien entre sí para darle sentido a estas dos jornadas. La primera charla la impartió el Dr. Jokin de Irala y fue en torno al verdadero lenguaje del amor. Una charla que dejó a todos los allí presentes con ganas de más. 

Pese a que el listón se puso alto, el resto de ponencias no dejaron indiferentes a nadie. La profesora Ruth Gutiérrez nos habló de cómo la arquitectura y la forma en la que están diseñadas las ciudades afecta a nuestro modo de vida. La profesora Esperanza Marrodán nos explicó cómo nos afecta todo lo que vemos y sentimos, y cómo a veces generamos escenarios idílicos e irreales, perdiendo el sentido real  de la vida. Los profesores Manuel Cruz y Alejandro Martínez Carrasco, nos llevaron por un debate  apasionante en torno a la búsqueda de la felicidad. 

Pero esto no fue todo, también hubo hueco para la orientación, algo que nos pareció muy útil porque, aunque hemos tomado nuestra primera decisión acerca de si queremos decantarnos por Ciencias o Humanidades, en algunos meses tendremos que revalidar o cambiar nuestra decisión con lo que, todo esfuerzo por orientar nuestro futuro se agradece. 

La sesión de clausura, en la que participaron tanto alumnos de primero como de segundo año, fue impartida por el Dr. Carlos Beltramo. Nos explicó cómo el cuerpo y el alma no pueden prescindir el uno del otro y lo que ello conlleva. También nos invitó a llevarnos esta reflexión para llevar una vida ordenada.

Una experiencia inolvidable

Nuestra experiencia en Pamplona ha sido inolvidable y nos ha cargado las pilas para enfrentarnos a este programa con mucha ilusión y grandes dosis de motivación. No sólo por la parte de las ponencias, que sin duda son una parte importante de la experiencia, sino por todo lo demás que allí vivimos. Comer en la universidad, pasear por el Campus, pararnos unos minutos delante de la ermita dedicada a la Virgen María en su advocación de “Madre del Amor Hermoso”, pasear por las calles de Pamplona, ir a Misa en Pamplona y dormir en un hotel con desayuno de bufé todas juntas, hacen que este viaje, de algo menos de 48 horas, haya sido muy especial. 

La pena fue que a las 15:00 nos tuvimos que despedir de la Universidad, ya que a las 15:30 salía el tren de vuelta a Madrid y éste, tampoco podíamos perderlo. Lo bueno es que es un “hasta luego” porque el año que viene repetimos, más y mejor.

Natalia Bárcena, alumna del Excellence de 4º de la ESO.