"El ingrediente más importante para desarrollar el cerebro de los hijos es el amor", afirma un neuropsicólogo
Publicado en La Información
El neuropsicólogo Álvaro Bilbao ha asegurado que "el ingrediente más importante para desarrollar el cerebro de los hijos es el amor, el cariño" de forma que "si sabemos estar atentos a las cosas que el niño necesita en un momento dado vamos a poder resolver muchas situaciones con comprensión y empatía".
Ha añadido que, no obstante, "es importante no pasarse de cariño" en el sentido de que niños y adolescentes también necesitan límites "y entender que en el mundo que les rodea no pueden tener todo y en el instante".
Así lo ha manifestado en declaraciones a Europa Press, con ocasión de la ponencia 'El cerebro del niño explicado a los padres', que ha pronunciado en el Patio de la Infanta de Ibercaja, en Zaragoza, dentro del Programa 'Educar para el futuro 2017', organizado por la Obra Social de la entidad financiera.
El neuropsicólogo ha sostenido que "los padres tienen que mantenerse en un punto de equilibrio entre dar afecto y enseñar al niño las limitaciones que tiene la vida".
Sobre cómo el cariño estimula el cerebro, ha explicado que cuando un menor siente satisfacción "y se siente querido segrega dopamina, que es el componente principal para que las neuronas se unan y creen sinapsis", que, cuando aparecen "se produce el aprendizaje".
"Todo el cerebro racional se construye sobre el cerebro emocional", ha resaltado, para precisar que cuando los menores no reciben el afecto adecuado, "y sobre todo cuando hay privación afectiva", su cerebro tiene dificultades de desarrollo importantes.
Como ejemplo, ha comentado que "niños que han vivido situaciones de privación afectivas muy graves, como los dos padres toxicómanos severos" o que han sufrido una negación de los cuidados más básico tienen un menor volumen físico del cerebro según se aprecia en resonancias magnéticas.
VIDA COTIDIANA
Álvaro Bilbao ha comentado que junto al cariño, el principal estímulo del cerebro es la vida cotidiana. "Muchas veces los padres se vuelven locos en apuntar a sus hijos a clases de un montón de cosas cuando los niños necesitan otro tipo de estímulos de manera prioritaria, como el juego libre, el contacto con otros compañeros y resolver problemas cotidianos".
También ha defendido la necesidad de que los menores "aprendan cosas que tienen que ver con la dinámica de la casa, como la responsabilidad" porque "hay niños que hablan chino, pero no recogen su ropa, no son capaces de mantener unas normas adecuadas en la mesa, de perdonar, de gestionar sus enfados".
En este punto, ha afirmado que "el autocontrol es fundamental" y ha de desarrollarse "poco a poco". Según ha dicho, "es lógico que un niño de dos años tenga una rabieta, es necesario para su desarrollo, está aprendiendo a ser asertivo y reclamar lo que quiere".
No obstante, debe ir aprendiendo en qué contextos puede jugar libremente o en cuáles debe portarse mejor ya que "poder controlar las emociones y modularlas en función de la situación es una clave no solo del desarrollo intelectual y para poder conseguir nuestras metas, sino también del desarrollo emocional y social".
EL CASTIGO ES POCO EFECTIVO
El neuropsicólogo ha manifestado que el castigo "es un método poco efectivo", aunque en algunos casos puede ser mejor "que no hacer nada". Sin embargo, hay otras alternativas, como "poner límites antes de que el niño se desmadre y ofrecer un trato, una negociación".
También ha propuesto "ofrecer un reconocimiento y refuerzo cuando el niño esté haciendo las cosas mejor" y la sobrecorrección, es decir, "que si el niño rompe algo, lo tendrá que arreglar o si pega a otro, tendrá que pedirle perdón".
Álvaro Bilbao ha asegurado que "si los padres manejan bien las herramientas de la educación, como son los refuerzos, la comunicación, la empatía y las alternativas al castigo, van a poder ayudar a sus hijos a entender las situaciones de manera más adecuada, más fácil para todos y agradable".
MENOS EXIGENTES
El especialista ha opinado que los padres, a veces, deben ser menos exigentes "porque queremos que los hijos lo hagan todo, lo hagan bien, mejor que el niño del vecino", algo que "genera un estrés" en el menor y reduce su capacidad de aprendizaje" ya que "hace que el niño se sienta insatisfecho y tenga menos autocontrol".
Según ha apuntado, "simplemente tenemos que dejar que sean niños y vayan aprendido un poco a su aire", en vez de pretender que "sepan hacer de todo con seis años" porque "tienen cien años por delante" y hay cosas que podrán aprender "cuando les apetezca y si les apetece".
También ha mencionado el estrés de los padres, para considerar que los adultos "tenemos que aprender a renunciar, a no tener tantas cosas, hacer unas vacaciones más tranquilas, pero tener calidad de vida todo el año para poder llevar y recoger los niños del colegio y disfrutar de ellos, que son un regalo".
Además, ha apuntado que "lo que hacemos los padres tiene una influencia relativamente pequeña en el desarrollo de los hijos", por lo que ha invitado a los progenitores a evitar el perfeccionismo, a actuar con "equilibrio", dar cariño, pero poner límites y también reconocer ante los hijos que "no dan más de sí" y que también se enfadan.
DEBERES SÍ
Álvaro Bilbao se ha mostrado partidario de que los escolares se lleven deberes a casa, "pero pocos, de manera muy progresiva y a partir de primero o segundo de Primaria". Según ha sostenido, deben ser tareas "mínimas" para acabar lo realizado en clase.
El neuropsicólogo ha defendido los deberes "porque científicamente se ha demostrado que cuando son en su justa medida y nunca superando una hora al día en Primaria y no más de dos horas en Secundaria y Bachillerato, ayudan al alumno, sobre todo en Bachillerato a aprender, y en las primeras etapas a que los padres tengan contacto con los niños y con la escuela".
Respecto a las Tecnologías de la Comunicación e Información (TIC), no es partidario de ellas, sobre todo en las primeras etapas de la vida, porque "se ha demostrado que el desarrollo a nivel cognitivo es mucho mejor si hay manipulación física, sobre todo para el cálculo, la escritura y la resolución de problemas".