Nuestros alumnos necesitan de la mirada del maestro para descubrir la grandeza y lo bello que hay en ellos. Esa mirada puede ser la llave para abrir el corazón del alumno o la alumna, esa mirada que le anime a ser mejor, que le está revelando lo mucho que vale.

La misión del buen maestro

Nuestra misión es acompañarles para que descubran por ellos mismos la verdad para sus vidas y puedan caminar en esa dirección.

Le ofrecemos a nuestro alumnado, durante un trecho del camino, nuestra cercanía para dar el siguiente paso hacia su madurez. Al acompañarles, crecemos también nosotros en nuestra plenitud, dándolo todo en el tiempo que se está junto a ellos. Mostrándoles que nuestra aceptación hacia ellos es incondicional, a pesar de sus circunstancias. ¿Cuáles serían por tanto las habilidades del buen maestro? 

Las seis habilidades del buen maestro

1) Disponibilidad

Que nuestro alumnado sepa que siempre estamos cuando lo necesiten.

2) Escucha activa

Saber escuchar descifrando qué necesita, cuál es su deseo profundo del corazón que no sabe verbalizar.

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3) Sinceridad

Hablarles desde el propio corazón, que es idéntico al suyo.

4) Quererles con corazón humano

Que se sientan queridos es la herramienta más potente que tenemos para educar.

5) Fomentar la autoestima

Evitando comparaciones en el aula, reforzando logros personales y del grupo, ayudarles a reconocer sus habilidades y limitaciones sin que se frustren, por sus fracasos, premiar los esfuerzos, además de los éxitos, ayudarles a plantearse metas alcanzables, darles responsabilidades que les ayuden a crecer como personas.

6) Descubrir el valor infinito de cada uno de los alumnos y alumnas

Considero que es muy importante para nuestra misión, darnos cuenta de que cada uno de nuestros alumnos tiene un valor infinito, así como que ellos perciban de nuestro modo de actuar: Es bueno que tú existas.

Artículo escrito por Almudena Canosa, Profesora de Primaria del Colegio Orvalle.